viernes, 27 de noviembre de 2009

'Si Haidar muere, España es verdugo', dice Javier Bardem



MADRID (Reuters) - El actor Javier Bardem denunció el viernes que si la activista saharaui Aminetu Haidar, que lleva 12 días en huelga de hambre en Lanzarote en protesta por no poder volver a Marruecos, muere, tanto el Gobierno español como el marroquí serán 'los verdugos'.

Reuters. 27.11.2009 - 'Si Haidar cierra los ojos el gobierno de España, este, el de atrás y el de más atrás, basta de las gilipolleces de los colores, será junto a Marruecos los verdugos', dijo en una carta reproducida por el diario El Mundo el actor, portavoz de la plataforma 'Todos con el Sáhara'.

Haidar se encuentra en Lanzarote desde el 15 de noviembre, tras ser expulsada por las autoridades marroquíes cuando intentaba volver a Al Aaiún, capital del Sahara Occidental, administrado por Marruecos, después de recibir un premio por su defensa de los derechos humanos en Nueva York.

La activista saharaui, nacida en 1967, asegura que las autoridades marroquíes le quitaron su pasaporte, mientras que Rabat sostiene que Haidar no siguió 'los trámites administrativos de entrada', al parecer por no rellenar su país como Marruecos.

Al ser devuelta a Canarias, de donde procedía el avión que la llevó al Sáhara Occidental, denunció a Marruecos por expulsión ilegal y a las autoridades españoles por secuestro, ya que dice que la obligaron a entrar en el país en contra de su voluntad y le impiden la salida.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos - que se reunió la semana pasada en Rabat con su homólogo marroquí, Taib Fasi Fihri, para tratar este asunto -, le ha ofrecido la posibilidad de que se solicite el estatuto de refugiada para obtener la documentación necesaria para poder viajar, pero ella se ha negado.

'Desde el afecto y la comprensión, pedimos que reconsidere su posición', dijo el viernes la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

'Somos muy conscientes de todo lo que está pasando y estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para facilitar su documentación y para que pueda cuanto antes viajar con total libertad y volverse a reencontrar con su familia', agregó.

El estado de salud de la activista es 'muy débil', dijo el actor Willy Toledo, que se encuentra en el aeropuerto de Lanzarote donde Haidar lleva a cabo su protesta. 'Pero a veces tiene una fortaleza que no sabemos de dónde sale', declaró a Reuters.

'PREOCUPACIÓN' EN EEUU

Haidar, que ha recibido varios galardones por su defensa de los derechos humanos en la antigua colonia española, como el Premio de Derechos Humanos Juan María Bandrés en 2006, ha recibido numerosas muestras de apoyo en estos días.

La última llegó el viernes de la asociación 'Bar of the City of New York', una ONG de defensa de los derechos humanos con más de 23.000 miembros en más de 50 países que en una carta dirigida al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y al embajador marroquí en Estados Unidos les pide que tomen las medidas necesarias para permitir el regreso de la activista.

El Departamento de Estado de Estados Unidos también se pronunció sobre su caso, y su portavoz Ian Kelly señaló el jueves que EEUU está preocupado por la salud y el bienestar de Haidar.

'Urgimos a una rápida resolución de su estatuto legal y un respeto total del proceso debido y de los derechos humanos', dijo, en unas declaraciones recogidas en la web del Departamento de Estado.

El embajador marroquí en España, Omar Azziman, ha dicho que si Haidar reconoce su nacionalidad 'quizá se le dé el pasaporte'. En un principio, las autoridades marroquíes habían dicho que acudiera a uno de sus consulados para solicitar un nuevo pasaporte, pero ella pide que se le devuelva el suyo.

Marruecos se anexionó el Sáhara Occidental tras la retirada colonial de España en noviembre de 1975, desatando una guerra de baja intensidad con el Frente Polisario, que busca un estado independiente con el apoyo de Argelia.

En 1991, se logró un alto el fuego mediado por Naciones Unidas que recogía la celebración de un referéndum sobre el futuro del Sahara Occidental, algo a lo que Marruecos se opone. Desde entonces, la negociación entre ambas partes permanece atascada.

Decenas de miles de saharauis desplazados por el conflicto viven desde hace más de 30 años en el desierto argelino, dependientes de la ayuda que les llega y carentes de todo tipo de recursos.

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