domingo, 22 de abril de 2012

“El Pueblo saharaui tiene derecho a la libre determinación como el resto de los pueblos”, (SG de la Liga Árabe, Sr. Al-Arabi)


Argel, 21/04/12 (SPS).- El Secretario General de la Liga Árabe, Sr. Nabil al-Arabi, expresó el apoyo al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación como el resto de los pueblos, en una entrevista publicada este  sábado por el diario argelino El Jabar .
Respondiendo a una pregunta a cerca de las movilizaciones de la Liga Árabe y su apoyo a los cambios que tienen lugar en el mundo árabe a la luz de las críticas de las Naciones Unidas al estado de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, el Sr. Al-Arabi dijo que "el pueblo saharaui tiene el derecho a la libre determinación", destacando que las Naciones Unidas, que aborda la cuestión, tiene un enviado especial para el Sáhara Occidental", así, no hay necesidad de la intervención de la Liga en esta cuestión, sólo en caso de que es requerida  porque las Naciones Unidas es  más competente", afirma  el Secretario General de la Liga Árabe.
Por lo tanto, indicó que la cuestión del Sáhara Occidental está en manos de las Naciones Unidas, y agregó que de acuerdo a resoluciones de la ONU, la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia sobre la cuestión y el hecho de que todos los pueblos del mundo tienen el derecho a la  libre determinación "no debería haber un doble estándar en el tratamiento de los archivos. El pueblo saharaui tiene el derecho de determinar su destino también”. (SPS)


*Entrevista original en árabe aquí
Blog Saauti, de Salamu Hamudi  21/04/2012
La Liga Árabe se ha pronunciado, por primera vez en décadas, sobre el conflicto del  Sahara Occidental. Un hecho que se podría calificar, como poco, de sorprendente. La relación de esta organización panárabe con la problemática saharaui siempre ha sido fría,  distante, e incluso inexistente. A pesar de que al principio de la lucha saharaui el Frente Polisario no escatimó esfuerzos en acercarse a los árabes. Gesto que fue correspondido al ser reconocida la RASD en su momento por Libia, Siria, Yemen del Sur, Mauritania y Argelia (estos dos últimos estados aún mantienen relaciones diplomáticas con la RASD). Sin embargo, nunca se llegó a un pleno reconocimiento ni al mismo trato ni estatus político como sucedió con la lucha del pueblo de Palestina en el seno de la Liga. De ahí el odio y el rechazo, a muy su pesar, del sentir general de los saharauis hacia todo que ole a árabe.
Un sentimiento que podría suavizarse si tenemos en cuenta las últimas palabras del Secretario General de la Liga Árabe, el egipcio Nabil Al Árabi, al expresar su apoyo “al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación como el resto de los pueblos”, en una entrevistapublicada este sábado por el diarioargelino Elkhbar. Unas declaraciones sin parangón y que a buen seguro darán mucho de que hablar durante los próximos días o semanas. Y es quela Primavera Árabe está trayendo consigo ciertos aires de cambios. Y precisamente un de esos cambios es sin duda el hecho de rectificar las erráticas posturas hacia determinados problemas de origen propiamente árabe, pero que debido a las malas praxis políticas se han relegado a un segundo lugar, como es la legítima lucha del pueblo saharaui a la autodeterminación.
Y el máximo responsable del órgano árabe es consciente de que los 22 estados que conforman dicha organización, ninguno de ellos reconoce la soberanía marroquí sobre el territorio saharaui, de ahí que se podría sacar la conclusión de que los árabes están enterrando viejas sospechas sobre la credibilidad de la lucha saharaui, al afirmar “si los saharauis precisan de nuestra intervención para resolver el conflicto del Sahara Occidental estaremos dispuestos”.
Al hilo de estas declaraciones, le corresponder ahora al Frente Polisario aprovechar los nuevos tiempos frutos de las revoluciones árabes. Y dejar atrás la idea de que los árabes son enemigos de los saharauis y amigos de los marroquíes, y abrir una nueva dimensión política y de acercamiento a través de los distintos canales políticos a su disposición, y reavivar las antiguas relaciones diplomáticas con los nuevos gobiernos de la región.