miércoles, 2 de mayo de 2012

Comienza la IX Edición del FiSahara

El festival de cine del Sáhara recuerda a los cooperantes secuestrados supuestamente por un grupo escindido de Al Qaeda para el Magreb Islámico
PUBLICO  VIRGINIA HEBRERO (EFE) Campamento de refugiados saharauis de Dajla 02/05/2012
El festival de cine del Sáhara (FiSahara) inauguró esta noche su IX edición en el campamento de refugiados de Dajla, trayendo una vez más la magia del cine a la población saharaui y con un recuerdo emocionado a los cooperantes secuestrados hace seis meses.
El copresidente de FiSahara, José Taboada, presidente de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sahara (CEAS), presentó esta "ventana solidaria y cultural bajo las estrellas" que, desde hoy y hasta el día 6 ofrecerá una muestra del mejor cine español de 2011 así como películas de temática saharaui.
"Un recuerdo emocionado a nuestros compañeros privados de libertad Ainhoa (Fernández), Enric (Gonyalons) y Rosella (Urru), amigos y cooperantes que están sufriendo por un acto cobarde e indigno. No les olvidamos ni un minuto, estamos cerca de sus familias y amigos, estamos seguros de que pronto estarán entre nosotros, queremos abrazarles lo antes posible", afirmó Taboada en la presentación.
En el escenario estaban colgadas las fotos de los dos jóvenes españoles y la italiana capturados en octubre pasado, supuestamente por un grupo escindido de Al Qaeda para el Magreb Islámico y trasladados al norte de Mali, mientras una pancarta reclamaba su libertad. "Han pretendido atemorizarnos, desanimarnos para que disminuya la solidaridad con este heroico pueblo que resiste dignamente hace tanto tiempo. No lo van a conseguir y quien esté detrás de este acto vergonzoso, que sepa que no nos vamos a rendir y que redoblaremos nuestro apoyo y nuestras ayudas", aseguró el copresidente del festival.
Con ocasión de esta muestra, las autoridades saharauis han reforzado la seguridad, como dijo a Efe el gobernador de la "wilaya" de Dajla, Salem Lebsir. "Hemos establecido tres perímetros de seguridad alrededor de la 'wilaya', por parte del Ejército, la policía y la gendarmería saharaui", señaló Lebsir.
La constatación de que ese hecho no acabará con la solidaridad con el pueblo saharaui la comparte el otro codirector de FiSahara, el actor Willie Toledo, que consideró que el secuestro "buscaba minar la credibilidad del Frente Polisario, después de que en los 37 años que los saharauis están exiliados se haya mantenido siempre una seguridad ejemplar". Toledo no entiende "que algunas personas, incluido algún colega mío, hayan renunciado a viajar a los campamentos por miedo.
Juan Diego Botto, Aitana Sánchez Gijón y Malena Alterio, bajo las estrellas
Ese no es el caso de otros famosos que, como en todas las ediciones, han llegado a Dajla para participar en este festival atípico, que se celebra en un campamento de refugiados y nació en 2003 con la vocación de desaparecer en el momento en que los saharauis pudieran volver a su tierra, lo que todavía no ha ocurrido. Entre ellos, por la arena de la wilaya de Dajla podía verse hoy a Juan Diego Botto, Aitana Sánchez Gijón, Eduard Fernández, Malena Alterio y Jordi Aguilar. Los directores Gerardo Herrero y Gregorio Rocha también asisten a esta edición, que tiene como invitado a México, país natal del segundo.
Entre las películas que pueden verse desde esta noche en 35 milímetros, mediante proyectores móviles desde camiones, y en algunos casos en DVD, se encuentra la película ganadora de los Goya 2012 No habrá paz para los malvados o Chico y Rita, candidata a los Óscar de Hollywood. Katmandú, un espejo en el cielo, de Icíar Bollaín, La voz dormida, de Benito Zambrano, Eva, de Kike Maíllo, El sueño de Iván, de Roberto Santiago, o Silencio en la nieve, de Gerardo Herrero, son otras de las cintas que participan en este festival no competitivo, que busca tanto llevar el cine a la población saharaui como acercar a la opinión pública la realidad de estos refugiados.
Temática saharaui
Y entre las de temática saharaui, el documental Hijos de las nubes, la última colonia, dirigido por Álvaro Longoria y producido y protagonizado por Javier Bardem (un actor muy implicado con la causa de este pueblo), será estrenado en el desierto antes de que salga en España el 18 de mayo, tras su presentación el pasado febrero en la Berlinale.
Entre la decena de películas sobre la realidad saharaui, destaca también Wilaya, una incursión en la vida de los campamentos que acaba de recibir la Biznaga de Plata a la mejor banda sonora en el Fesival de Cine Español de Málaga. Los rollos perdidos de Pancho Villa, de Gregorio Rocha, y Espiral, de Jorge Pérez Solano, representarán a México.


Tres cinturones militares custodian el campamento de Dajla, sede del festival
Agentes de la Gendarmería del Polisario recorren cada zona de la wilaya
Todos los movimientos de los españoles, controlados por saharauis
No está permitido subirse en coches de particulares ni circular al caer la noche
EL MUNDO  Raquel Quílez (Enviada especial) | Dajla (Sáhara)
Una luz rosa intenso inunda las pistas del aeropuerto militar de Tinduf, puerta de entrada a los campos de refugiados saharauis que, desde hace más de tres décadas, se extienden en la hamada argelina. Cae la tarde sobre el desierto y la caravana del FiSahara aterriza cargada de cine y compromiso con ellos. Un nutrido grupo de militares les recibe. Es la herencia del secuestro de tres cooperantes en la zona hace ya más de seis meses. Ni el Frente Polisario ni la organización quieren sorpresas. La seguridad es prioridad absoluta en este evento.
"Aún tenemos en el cuerpo el susto del secuestro de los compañeros, todavía bajo cautiverio -los españoles Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón, y una tercera de nacionalidad italiana. La vigilancia debe ser absoluta", dice José Taboada, codirector del festival e impulsor de las asociaciones de ayuda al pueblo saharaui en España. Y se nota a cada paso que damos.
La caravana del cine deja el aeropuerto escoltada por el ejército argelino. Media hora después entra en la zona que Argelia cedió a la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) tras la Marcha Verde de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y los Acuerdos de Madrid por los que España repartió su ex colonia a terceros. En ese punto toman el control las fuerzas de seguridad del Frente Polisario, el partido gobernante en el exilio. No volverán a soltarlo.
El convoy llega al campamento de Dajla después de cuatro horas y media de trayecto. Es la una de la madrugada y los españoles recogen su equipaje fuertemente escoltados. Hombres armados y con el uniforme militar de la Gendarmería del Polisario -fuerza equivalente a nuestra Guardia Civil- controlan cada movimiento y un saharaui es asignado para velar por la seguridad de cada grupo de cuatro. Ningún español anda suelto: duermen con ellos en la haima que los acoge y serán su sombra durante los días que dure el festival.
Salem Lebsir, gobernador de Dajla, explica que cada wilaya ha establecido un plan de acción concreto. "Aquí tenemos una extensa frontera con Mauritania, Mali y Argelia y hemos creado un fuerte cinturón de seguridad para protegerlas", cuenta. Tres anillos de seguridad custodian el campamento: el primero a 80 kiometros, el segundo, a 40 y un tercero más cerca a las áreas pobladas. Además, policías, militares y gendarmes patrullan los barrios de adobe. "Y hemos concienciado a todos los saharauis de que nos ayuden y denuncien en seguida si ven algo raro", matiza. Seguridad extrema.
Los propios saharauis se sorprenden del despliegue. "Nunca habíamos visto tantos gendarmes. ¡Qué exageración!", comentan tres de las mujeres que acogen a los invitados en sus haimas. El gobernador de Dajla lo justifica por la sorpresa que les supuso el secuestro: "En los 37 años de conflicto nunca habíamos tenido este tipo de problemas. Nuestra lucha era contra Marruecos, no pensábamos que un acto terrorista así podía ocurrir en nuestro territorio".
Prohibido alquilar coches y 'toque de queda'
Los agentes velan por la seguridad de todos: organización, periodistas y actores como Juan Diego Botto, Aitana Sánchez-Gijón, Malena Alterio o Eduard Fernández, que comienzan a familiarizarse con los campamentos.
Uno de los 'acompañantes' asignados, Salam, cuenta que tienen la orden de que no caminemos solos en ningún momento. Se acabó la despreocupación de otros años, en los que subirse a cualquier coche era el medio habitual para alcanzar destino. El secuestro de octubre -en la zona administrativa de Rabuni, donde se establece el protocolo de cooperación- ha marcado un antes y un después en la vida saharaui.
La acción la ha reivindicado el Movimiento Yihad en África del Oeste y el Gobierno español negocia su liberación con los tuareg de Mali, pero el golpe de Estado en la zona ha ralentizado el proceso.
"Está prohibido subirse en taxis o coches alquilados y moverse por libre de campamento en campamento. Hemos habilitado coches y autobuses oficiales para llevar a cada uno adonde quiera", explica Taboada. La organización del FiSahara ha trabajado a fondo la seguridad con el Polisario. Incluso se ha instaurado una especie de toque de queda cuando cae la noche para que ningún coche circule entre campamentos. Los desplazamientos nocturnos están vetados estos días de visita extranjera. Los cooperantes que trabajan en Rabuni también tienen la orden de moverse en vehículos identificados y avisar de cada desplazamiento.
Y es que la solidaridad internacional es clave para la supervivencia de los saharauis en el exilio. "Con los secuestros han querido hacernos daño en ese sentido y la verdad es que lo han conseguido porque ha bajado un poco el interés por venir aquí y ha limitado la libre movilidad que teníamos", reconoce el gobernador. "Pero vamos a cerrar todos los huecos por donde puedan atacarnos. Ahora sabemos que debemos estar preparados", sentencia. Y eso pese al coste económico que supone en unos campos de refugiados asfixiados por los recortes en cooperación.
"Para nosotros es raro, un poco incómodo, pero se hace para que los que vengan estén seguros", dice uno de los vendedores de artesanía que expone sus productos aprovechando el festival. Y mientras lo cuenta pasa a escasos metros de él un 'jeep' con tres militares y un kalashnikov bien sujeto. A izquierda, cuatro gendarmes hacen guardia a pleno sol.
Y se les ve en cada rincón de la wilaya, escoltando a los españoles que visitan las escuelas, a los que deambulan por los proyectos humanitarios o a los que simplemente buscan su haima entre el marasmo de abobe que es el campamento. La gran prioridad del festival parece resuelta. El cine y la solidaridad pueden ocupar sus puestos.