sábado, 5 de mayo de 2012

Desde los campamentos saharauis: Historias de cine. Historias propias



Segunda crónica de la periodista Jessica Romero desde los campamentos de refugiados de Dajla donde se celebra el Festival de Cine del Sáhara.
Proyección "Hijos de las nubes" de Longoria y Bardem. Foto: Jessica Romero.
Cada año el número de películas dirigidas o protagonizadas por saharauis es más abundante. El cine es una ventana para llevar el mensaje de este pueblo por cada rincón del mundo. “Hay muchos documentales sobre la situación política del Sáhara contada siempre desde un punto de vista, porque Marruecos nunca quiere hablar” comenta Nicolás Muñoz, director del documental El maestro saharaui. Para la película dirigida por Álvaro Longoria y producida por Javier Bardem (Hijos de las nubes. La última colonia), ninguna autoridad marroquí quiso ser entrevistada, ni tampoco otros cargos de diversas instituciones, entre ellos el exministro español de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, quien canceló la cita con Bardem y Longoria una hora antes de celebrarse.
Hijos de las nubes. La última colonia es el resultado del viaje que Javier Bardem hizo a Dajla durante la quinta edición del FiSahara. El impacto fue tan mayúsculo que lanzó junto a otros actores un manifiesto de apoyo al pueblo saharaui que se cristalizaría en la puesta en marcha de la plataforma 'Todos con el Sáhara', que entregó al Gobierno de Zapatero 230.000 firmas de ciudadanos españoles exigiendo una solución al conflicto. A día de hoy, 230.000 personas aún no han tenido respuesta. Hace unos meses, el actor, que se ha convertido en un gran altavoz de apoyo para los campamentos estuvo en la Asamblea General de Naciones Unidas dirigiéndose a los gobiernos internacionales.
Nicolás Muñoz incide en la necesidad de contar también las historias personales de este pueblos, las consecuencias de un drama vital con daños colaterales, familiares y emocionales. Con el ánimo de buscar en esa grieta se fijó en la figura de los cubarahuis: saharauis que se fueron a Cuba siendo niños y, tras doce años de estudio, vuelven siendo hombres a los campamentos de refugiados. “Los saharauis, en general, son muy pudorosos y no hablan de sus sentimientos, especialmente los hombres”. El maestro saharaui es la historia de tres separaciones muy dolorosas, de padres que dejan hijos y novias en Cuba.
Omar Hassena, nuestro guía durante esta semana de festival, es trabajador social y uno de esos cubarahuis de los que habla el documental. “Me ha impactado mucho” dice esta mañana durante el desayuno y comienza a narrarnos las diferentes historias que Muñoz cuenta en la película, mientras hace aspavientos. “Yo he llorado” afirma, “miraba a mi alrededor y no entendía que el resto no lo hiciera” se sorprendía Omar, quien dejó atrás a su novia cubana.
Historias de separaciones forzadas, familias que se dejan atrás porque el acuerdo para estudiar tiene un tiempo limitado y hay que volver al lugar al que perteneces para devolverle al pueblo lo que has aprendido. Omar cuenta cómo se entristeció con una escena de El maestro saharaui en la que una niña, después de que su padre le dijera que tiene que ir a ver a los abuelos pregunta: “¿me voy a quedar sin papá?”. Historias propias, decíamos. Historias humanas.