Los campamentos de refugiados al sur de Argelia
rinden homenaje a los cooperantes secuestrados hace más de seis meses
Homenaje en los campamentos de refugiados saharauis
de los tres cooperantes secuestrados
“Con el
secuestro de Ainhoa, Enric y Rosella han secuestrado el corazón de todos los
saharauis”, se lamenta la ministra de Cultura del Frente Polisario, Jadiya
Hamdi. Un grupo terrorista se llevó a tres cooperantes, dos españoles y una
italiana, en la noche del pasado 22 de octubre de los campamentos de refugiados
en la provincia de Tinduf, en el sur de Argelia.
Era la primera vez que ocurría algo así desde que
los saharuis se asentaron en esta inmensidad vacía y hostil hace casi cuatro
décadas. “No descansaremos hasta encontrarlos y poner a los responsables ante
la Justicia”, dice firme el Primer Ministro, Abdelkader Teleb Omar.
Cae la tarde en el campamento de Dajla y los últimos
rayos del sol del desierto iluminan un sencillo cartel con las fotos de de
Ainhoa Fernández, Enric Gonyalons y Rosella Urru. Junto a ellos, en castellano
y en árabe, una palabra: Libertad. El Frente Polisario y la sociedad civil
española y de otros países han querido aprovechar la novena edición del
Festival Internacional de Cine del Sahara (Fisahara) para rendir un homenaje a
los tres cooperantes, que trabajaban en diferentes proyectos a favor de los
refugiados.
Desde aquella infausta noche de disparos y carreras
se impone la escolta para los que llegan de fuera. Los viajes de extranjeros
por la zona llevan ahora solapadas unas medidas de seguridad que hasta entonces
nadie consideraba necesarias. Los que nos encontramos estos días sobre el
terreno vamos acompañados casi de manera permanente no solo por militares del
Frente Polisario, sino también por patrullas de la Gendarmería argelina. Los
organizadores del festival tratan de que todo discurra con normalidad, pero los
que han vivido ya otros viajes a la zona saben que la preocupación es
permanente.
“Nuestro palacio de cristal se ha roto”, opina
Bucharaya Beyún, delegado del Frente Polisario en España instantes antes de la
inauguración, en la que no estuvo presente ninguna autoridad española. “Toda la
región del Sahel se encuentra ahora amenazada”, añade la ministra de Cultura, refiriéndose
a una región en la que más de una decena de extranjeros se encuentran
secuestrados.
Las autoridades del Polisario no esconden que la
acción se llevó a cabo con la participación de saharauis que muy probablemente
conocían el edificio de Rabuni (Tinduf) asaltado para llevarse a los
cooperantes. De hecho, llevaron a cabo algunas detenciones sobre las que no
quieren ofrecer datos.
Más allá del triple secuestro, el problema para los
saharauis es tratar de mantener en pie el esencial entramado de ayuda
extranjera del que dependen para seguir sobreviviendo. Y no es fácil, porque
los gobiernos mantienen a su vez la alerta por el peligro que corren los
extranjeros que se desplacen a la zona. Esto ha llevado ya en algunos casos a
impedir la llegada a los campamentos de refugiados, al menos desde España, de
algunos responsables de proyectos.
“No les olvidamos ni un minuto”, asegura ante el
micrófono José Taboada, presidente de la Coordinadora Estatal de CEAS (Asociaciones
Solidarias con el Sahara), una de las personas que está en contacto con
familiares de los secuestrados. Los autores de este “acto terrorista”, añade, “han
intentado cortar la solidaridad de España con el pueblo saharaui, pero no lo
van a conseguir”.
Los contactos de los gobiernos español e italiano no
han servido hasta el momento para liberarlos. Es más, el optimismo ha dado un
importante paso atrás con la creciente inestabilidad en el norte de Malí, adonde
fueron trasladados por sus captores.
El ministro de Exteriores, José Manuel García
Margallo, se apresuró a decir que el golpe de estado del pasado 22 de marzo en
ese país no iba a afectar a las negociaciones emprendidas. Pocos días después
tuvo que reconocer que se había perdido el contacto con el mediador. Lo último
que está intentando el Gobierno español es solicitar la ayuda de los
independentistas tuareg.
Terroristas, radicales islámicos e independentistas
tuareg controlan las tres enormes provincias norteñas de Tombuctú, Gao y Kidal,
más grandes que España. Han logrado expulsar al Ejército de Malí en diferentes
ofensivas desde enero. La zona ya estaba además en manos de grupos de bandidos
y traficantes de todo tipo. Todos ellos tejen a menudo alianzas de intereses.