miércoles, 20 de junio de 2012

Mariem Hassan en el Día Mundial del Refugiado


El sábado 16 de junio, en la FESTATE de Chiasso, se proyectó el film MARIEM HASSAN, La voz del Sáhara.
Hubo un coloquio público con ella y dos periodistas, Farid Adly (Radio Popolare, Milan) y Alberto de Filippis (RSI)
Luego ofreció un concierto en el escenario principal. Y tras el concierto, ante unas 2.000 personas, leyó en hassanía el texto que había preparado sobre los refugiados saharauis.
Angelo Ciampi, de ACNUR, tras cada párrafo de Mariem, leía su traducción al italiano.
Éste es el texto íntegro
BUENAS NOCHES, MI NOMBRE ES MARIEM HASSAN Y MI PATRIA ES EL SÁHARA OCCIDENTAL
Para que me entiendan creo que lo mejor es que les hable de mi situación y la de mis familiares y así podrán hacerse una idea de cómo vive el pueblo saharaui desde 1975, año en que su tierra fue invadida por Marruecos. Es el último territorio de África pendiente de la descolonización que España no ha sabido tutelar.
Para los saharauis la familia es lo más importante. Antes una familia vivía en jaimas en el desierto con su ganado, camellos y cabras. Cuando alguien se casaba se iba de la jaima familiar, levantaba otra jaima al lado y fundaba su familia, de modo que el tamaño de una familia se notaba por la cantidad de jaimas que tenía. Esa unidad era esencial.
Hoy las familias están divididas. Una parte vive en los territorios ocupados, bajo la bota marroquí. Otra en los campamentos de refugiados de Tinduf, Argelia, en uno de los lugares más inhóspitos del desierto del Sáhara. Y el resto en la diáspora, desperdigada por medio mundo. Gracias a los móviles y a internet sabemos algo unos de otros. Pero nos falta el contacto personal. Podernos abrazar y compartir un té.
Mi familia como ejemplo. Éramos 10 hermanos. A 3 los perdí en la guerra con Marruecos. De los 50 miembros que componen mi familia, 10 viven en los territorios ocupados. Mi mamá, que tiene 97 años vive en los campamentos de Argelia, con 3 de mis hermanos y sus hijos, en total unos 30 familiares. Desde el 75 no han podido visitar el Sáhara ocupado. En España vivimos mi hermano Boika y yo con nuestras familias, 11 personas. Tras muchos años de tener a mis hijos repartidos en distintos lugares he conseguido reunirlos en casa. Están sin trabajo. Yo voy siempre que puedo, una o dos veces al año, voy a ver a mi mamá. Es tan mayor. Pero debo seguir en Barcelona porque estoy con un tratamiento de quimioterapia cada cuatro semanas. Los médicos españoles se han portado muy bien conmigo.
Los saharauis que viven en los territorios ocupados llevan sufriendo todos estos años la represión de los cuerpos policiales y militares marroquíes. Las riquezas naturales de nuestra tierra y nuestro mar se las queda directamente Marruecos. También impiden nuestras costumbres sociales y culturales tratando de arrebatarnos nuestra identidad. Los derechos humanos pisoteados continuamente y nadie hace nada.
En 2010, los saharauis del Aaiún ocupado, desesperados por sus condiciones de vida, sin trabajo, sin derechos y el acoso permanente de los marroquíes, levantaron un campamento a las afueras de El Aaiún. Hombres, mujeres, niños y ancianos en 2.000 jaimas improvisadas de la noche a la mañana. Se llegaron a reunir cerca de 30.000 personas. Inmediatamente las fuerzas de represión marroquíes cercaron e incomunicaron el campamento, impidiendo la entrada de la prensa internacional. España como tantas veces miró para otro lado. Ante la resistencia pacífica de los saharauis, finalmente los marroquíes arrasaron el campamento con un uso brutal de la fuerza. Dos de las canciones que he cantado esta noche y que están en mi disco hablan de Gdeim Izik, nombre del campamento.
Los que vivimos en los campamentos de refugiados de Tinduf, Argelia, llevamos 37 años soportando unas condiciones de vida durísimas. Primero el peso de la guerra con Marruecos, desde el 75 al 91. Después, desde el 91 hasta ahora, la larga espera por un referendum que Marruecos impide con el apoyo de Francia y Estados Unidos.
Mujeres embarazadas que dan a luz con anemia. Graves enfermedades de la población, especialmente diabetes y daños en la vista, entre muchas otras. Malnutrición y falta de alimentos frescos y de agua corriente. El fantasma del hambre. Siempre pendientes de la ayuda internacional que a veces se utiliza casi como un chantaje. Aislados, sufriendo temperaturas extremas. Desamparados. Con el recuerdo traumático de una huida espantosa bajo el napalm y el fósforo de los aviones marroquíes.
Ya son dos las generaciones que no conocen su patria original, sólo un desierto de piedras. Jóvenes desesperados, sin una perspectiva de vida mas que la agonía de la espera o la alternativa de retomar la lucha armada.
Pero también los saharauis tenemos hombres y mujeres que no se rinden. Siempre con la cabeza alta, cueste lo que cueste. Somos una pequeña tribu nómada que ha tenido que aprender mucho y muy rápidamente. Nuestra República en el exilio está reconocida por más de 100 países en todo el mundo. Con un gobierno y una diplomacia organizada que mantiene en jaque a Marruecos en los foros internacionales. Una administración en los campamentos de refugiados que hace posible la vida en medio de la nada. Con un índice de escolarización muy elevado.
Yo, Mariem Hassan, consciente de lo importante que nuestra música es para nuestra identidad cultural, lucho en la medida de mis posibilidades con mi voz y mis canciones en los escenarios, en internet y allí donde pueda llegar, animando a los míos para que no se rindan y haciéndole saber al mundo la injusta situación que vive el pueblo saharaui ya sea con mi grito desgarrado o con mi voz más dulce, pero siempre firme.
Doy las gracias a mi público y muy en especial a todos los que en el mundo del espectáculo y la cultura me permiten llevar mi mensaje a festivales y teatros o, como hoy, hablar aquí. SHUKRAN
NUEVO: http://www.myspace.com/mariemhassanoficial