Exteriores califica de
irresponsabilidad la posición de Naciones Unidas, que no advierte razones para
evacuar a sus 23 trabajadores en Tinduf
El Gobierno de Rajoy no cede
en la firmeza de su postura de poner en cuestión las garantías de seguridad
para los cooperantes españoles en los campamentos saharauis -en especial, tras
el secuestro recientemente resuelto de Ainhoa Fernández de Rincón y Enric
Gonyalons-. Y no solo lo hace ante los propios voluntarios y las autoridades
del Frente Polisario, sino que ayer fue más allá al criticar las afirmaciones
de la ONU, que había asegurado poco antes que no advierte razones para la
evacuación de sus 23 trabajadores de Tinduf dedicados a las labores de Minurso,
Acnur (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados) y el Programa
Mundial de Alimentos.
Fue el Ministerio de
Exteriores por boca del secretario de Estado de Cooperación Internacional,
Jesús Gracia, quien juzgó «una irresponsabilidad» decir que los campamentos son
un espacio seguro cuando «distintos documentos» del Departamento de Estado de
EE. UU. y de los servicios de inteligencia, recalcó, atestiguan lo contrario,
es decir, su gran vulnerabilidad. En este sentido, informó de que el Gobierno
trabaja con Argelia para que los cooperantes españoles puedan pasar la noche en
la ciudad de Tinduf. En declaraciones a Efe, Gracia objetó además que el
personal de la ONU «pernocta siempre en la ciudad», con niveles de seguridad
que no están garantizados en los campos de refugiados donde trabajan los
cooperantes.
Pero la oficina de Naciones
Unidas en Tinduf insistió en que no percibe riesgos como para tomar la decisión
de sacar a los empleados extranjeros que mantiene en las instalaciones
saharauis. En una reunión con los cooperantes españoles que visitan los
campamentos de refugiados como respuesta a la decisión del Gobierno español de
repatriar a los voluntarios de Tinduf debido a una amenaza de secuestro
inminente, el jefe de la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sáhara
Occidental (Minurso), Omar Bachir Manis, les trasladó esta idea de confianza,
aunque no quiso entrar a valorar la medida tomada por el ministro de Asuntos
Exteriores, José Manuel García-Margallo. «Nosotros seguimos trabajando aquí»,
zanjó no sin antes admitir que el secuestro de Gonyalons, Fernández de Rincón y
Rossella Urru el pasado 22 de octubre supuso un verdadero «punto de inflexión»
en los campamentos después de muchos años en los que «la tranquilidad fue
habitual» en la zona.