MANIFIESTO LEIDO EN ALGECIRAS
4 DE AGOSTO DE 2012 A
LAS PUERTAS DEL CONSULADO DE MARRUECOS
Después de 37 años de la venta
y el abandono del Sahara, en la que sus legítimos dueños pasaron de la noche a
la mañana de ser españoles a convertirse en apátridas, los saharauis continúan
en el exilio y el olvido en mitad del desierto o bajo la represión y la
política de apartheid que lleva a cabo Marruecos en los territorios ocupados.
Las responsabilidades
españolas están bien definidas en el art. 73 de la Carta de las Naciones Unidas
donde dice que las obligaciones no se extinguen mientras siga sin llevarse a
término el proceso de descolonización del territorio. Y sus obligaciones son
defender los intereses de los pueblos que administran, asegurando su protección
y teniendo en cuenta sus aspiraciones políticas. La Carta de las Naciones
Unidas no da la posibilidad de elegir entre si debemos o no ponernos de parte
de alguien, sino que nos obliga a defender los intereses y los derechos de los saharauis,
a los que legalmente tutelamos.
Escondida en una falsa
neutralidad, España incumple las leyes internacionales, que le otorgan la
condición de responsable legal y administrador, porque además ningún país del
mundo reconoce la marroquinidad del territorio. Lejos de asumir sus compromisos
se comporta como el mejor cómplice de Marruecos en su política de hechos
consumados.
La decisión del Ministerio de
Exteriores de repatriar a los cooperantes es un favor más a Marruecos y una
puñalada de muerte a los saharauis, porque dependen de la ayuda y la
cooperación. Es un nuevo abandono que viene a aislarlos y asfixiarlos más
todavía. Y era la tercera de las condiciones exigidas por los secuestradores
para liberar a los tres cooperantes, dinero, libertad para sus cómplices
detenidos y que no vuelvan los cooperantes a Tindouf. La medida del Sr.
Margallo va a afectar negativamente a los refugiados y contribuye a crear el
ambiente de inseguridad y miedo al que Marruecos lleva años dedicados. Los
servicios secretos marroquíes llevan años esforzándose en intoxicar a la
opinión pública mezclando la causa saharaui con el terrorismo. La decisión del
Sr. Margallo satisface plenamente los intereses de Marruecos que curiosamente
coinciden con los de los terroristas, crear miedo.
La seguridad en los
Campamentos después del secuestro de los tres cooperantes se ha extremado. En
37 años de existencia de los campamentos nunca había sucedido un suceso
lamentable como el reciente secuestro, solo un suceso en 37 años. Y el factor
sorpresa fue tan determinante como en cualquier terrible atentado cometido en
Nueva York o Madrid. La amenaza allí y ahora, es la misma que en cualquier
lugar del mundo. Los Campamentos hoy son tan seguros como la Gran Vía, o la
Plaza alta.
¿Porqué crear tanto alarmismo
entonces?
Las evacuaciones urgentes no
se anuncian a bombo y platillo y de antemano porque pueden incitar a los
secuestradores a precipitar sus planes, se anuncian a posteriori. El ministro
lo sabe de sobra.
Cientos de andaluces y españoles,
ONG, colectivos, artistas y actores famosos viajan todos los años a los
Campamentos. Se han convertido en un altavoz muy incomodo para cualquier
gobierno y además rompen el bloqueo informativo que pretenden, ¿es que había
que ponerle bozal a todo ese movimiento solidario?, ¿es que no quieren
testigos?,
¿Por qué no han tomado la
misma medida otros países? En Tindouf, además de nuestro compañero de Huelva
Oropesa, permanecen actualmente un grupo de misioneros norteamericanos, otros
tantos miembros de una ONG turca, además de algún sueco, noruego y australiano.
Ninguno de sus gobiernos ha enviado aviones urgentes a recogerlos ni siquiera
han mostrado preocupación. Y si tenía constancia el ministro de un ataque
inminente ¿Por qué no avisó al gobierno argelino ni al Frete Polisario?
Diga lo que diga el Ministro,
nosotros vamos a continuar con nuestro trabajo de cooperación y solidaridad con
los saharauis, ahora más que nunca ¡No vamos a dejarlos solos!
Y también vamos a continuar
denunciando la violación de los derechos humanos por Marruecos que ha
convertido el territorio en la mayor cárcel a cielo abierto del planeta, una
cárcel con un muro minado de 2000.
Km que impide reagruparse a miles de familias y que
facilita la explotación ilegal de los recursos naturales del Sahara, no solo
por empresas marroquíes, francesas o norteamericanas. También por empresas
españolas. Ahí están por ejemplo los 30 millones de latas de conserva, sardinas
o caballa, de la marca Hacendado que vende Mercadona y que salen de las factorías
del Aaiún ocupado. Y la continuada venta de armas españolas a Marruecos. Esos
son los intereses económicos españoles que defienden y a los que aluden en
ocasiones para justificar lo injustificable y anteponerlos al respeto de los
DD.HH, intereses que solo benefician a unos pocos y que además incumplen la
legalidad internacional.
Después de 37 años Marruecos
no es capaz de controlar a la población saharaui del territorio, han tenido que
vetar al enviado especial de la ONU porque pretendía visitar el Sahara ocupado,
es vergonzoso que después de tantos años de conflicto Marruecos siga sin
permitir a ningún enviado visitar el Sahara. Su política de
integración-exterminio ha fracasado, los saharauis mantienen vivos sus deseos
de lucha a ambos lados del muro y continúan con sus esperanzas por recuperar lo
que les pertenece. Si los esfuerzos económicos que invierte en la ocupación,
que solo benefician a la casa real y unos cuantos generales, los dirigiera a su
propio país y a sus ciudadanos Marruecos sería hoy una potencia económica.
Esta injusta situación y lo
sucedido estos días en los Campamentos no hace sino reiterar la necesidad de
una acción política decidida para poner fin a una situación de injusticia que
pasa por el fin de la ocupación y el libre ejercicio a la autodeterminación,
porque con esa intención se firmó el alto el fuego de 1991 y se desplegó a la
MINURSO, que como su nombre indica, su misión es organizar un referéndum. Y con
ese fin justifican todos los años millones de dólares en Naciones Unidas.
Ahora más que nunca, no vamos
a dejarles solos.
Por el fin de la ocupación
marroquí.
Por la libertad del Pueblo
Saharaui.
Por la solidaridad y la
cooperación entre los pueblos.