EL PERIODICO DE ARAGON IRENE HERRERO MIGUEL 07/08/2012
Francisco Palacios lleva 25
años apoyando la causa saharaui.
Francisco Palacios, profesor
de Derecho Constitucional en la Universidad de Zaragoza y presidente del
Observatorio Aragonés de Derechos Humanos en el Sahara Occidental, parte hoy en
una expedición al Campo de Refugiados Saharauis en Tindouf para demostrar la
estabilidad de la zona.
--¿Por qué esta expedición?
--Es un viaje de perfil
político, no humanitario. Es una contestación para las declaraciones del
ministro José Manuel García-Margallo. Queremos demostrar que viajar al Sáhara
argelino es seguro y que sus conminaciones para la repatriación de los
cooperantes no están justificadas.
--¿Van a llevar ayuda?
--No es nuestro principal
objetivo ahora, pero siempre que vamos, llevamos algo.
--¿Quién participa en esta
iniciativa con usted?
--Más de 20 cooperantes de
diversas oenegés pro-saharauis acompañados por numerosos medios de comunicación.
Casi 40 personas en total.
--¿Qué van a hacer allí?
--En estos cuatro días veremos
la estructura de seguridad. Aunque los cooperantes ya la conocemos y sabemos
que funciona, es sobre todo para que la vean los periodistas.
--¿Cómo han sentado las
declaraciones del ministro al Polisario?
--La reacción ha sido
profundamente negativa. Estas medidas significan dos cosas: eliminar la
presencia de cooperantes en los campamentos y se desprestigia la organización
del Polisario.
--¿Qué opina usted?
--En los 35 años que lleva el
Frente Polisario organizando el campamento de refugiados ha habido un único
incidente: el secuestro de tres cooperantes, ya liberados. Sin embargo, tras el
suceso, han incrementado las medidas de seguridad.
--¿A qué medidas se refiere?
--Antes del incidente no había
seguridad, había un exceso de confianza. Ahora hay cinturones de seguridad,
incluso, del ejército argelino... Siempre puede pasar algo, pero hay más riesgo
otros lugares del mundo que el ministro no nombró.
--El ministro ha dicho que
existe riesgo terrorista.
--Debería haber informado
primero al Polisario en petit comité. ¿Dónde están los agentes infiltrados que
van a llevar a cabo los secuestros? ¿Cuáles son sus fuentes?
--¿Su objetivo a corto
plazo?
--Diría que una disculpa, pero
nadie pide perdón en este país. Queremos una rectificación. En reuniones
privadas con la Coordinadora de Organizaciones no Gubernamentales ya ha
admitido que fue una precaución exagerada. Falta que lo repita en público.
Carlos Cristóbal, navarro de
61 años, es uno de los cooperantes que hoy volará desde Madrid hasta Argel,
donde cogerá un autobús que le llevará a Tinduf. Un destino que ha pisado una
treintena de veces desde 1997 y que ahora le necesita más que nunca
NOTICIAS DE NAVARRA IRENE VILLAFRANCA -7 de Agosto de 2012 -
Carlos Cristóbal, junto a su
hija adoptiva Naanaa, en Dagla, durante su último viaje al Sáhara el pasado mes
de mayo.
Una treintena de responsables
de las Asociaciones de amigos del Pueblo Saharaui de todo el Estado viaja hoy a
los campamentos de Tinduf, donde permanecerán hasta el sábado.
PAMPLONA. Una visita a los
campamentos saharauis motivada por la decisión del Ministerio de Exteriores de
repatriar a todos los cooperantes ante un "peligro inminente de ataque
terrorista". Como afirma la Coordinadora Estatal de Asociaciones
Solidarias con el Sáhara (CEAS), el objetivo es demostrar su confianza en las
medidas de seguridad adoptadas por las autoridades saharauis y argelinas, así
como hacer un llamamiento contra el abandono que podría suponer la retirada de
los proyectos que se desarrollarán en estos campamentos. Carlos Cristóbal,
cooperante navarro de 61 años, se une a ellos como representante de la
Comunidad Foral y asegura que "a lo único que tengo miedo, es a las
temperaturas, que rondan los 50 grados".
--De parlamentario del PSOE a activista del Sáhara, ¿qué le hizo cambiar?
--Llegó un momento en el que estaba muy defraudado con
la actitud del partido socialista en este tema y ya no pude soportar más esta
doble militancia. Decidí decantarme por una, y escogí la de activista del
Sáhara.
--¿No le asustan las
advertencias de peligro que anuncia el Gobierno?
--Cuando alguien, incluso un familiar, me hace esta
pregunta, siempre respondo que los peligros que puede haber en un viaje al
Sáhara son menores que los que existen en un viaje a Marruecos o a cualquier
otro país del norte de África. La sociedad saharaui tiene, todavía, unas formas
tradicionales de vida y de comportamiento que hacen que la sensación de riesgo
sea menor. El único temor que tengo es el calor que voy a pasar en esta época
del año, donde la temperatura en Tinduf ronda los 30 grados de mínima y los 50
de máxima.
--El Gobierno central
parece que no piensa lo mismo... ¿por qué?
--En mi opinión, las razones por las que el Ministerio
de Asuntos Exteriores ha tomado esta decisión tan impropia e inadecuada de
repatriar a los cooperantes está muy relacionada con debilitar los movimientos
solidarios que hay en todos los pueblos con el Sáhara. El Sáhara Occidental, en
comparación con otros países, tiene una situación excepcional respecto a todo
lo que es cooperación, ayuda humanitaria y apoyo político.
--¿Qué es lo que le hace
tan especial?
--Los pueblos de todo el Estado tienen movimientos de
apoyo y una gran simpatía por el pueblo saharaui. Por eso, creo que el objetivo
del Gobierno es debilitar esa simpatía y, para conseguirlo, ligan la vida de
los campamentos con el riesgo terrorista. Ha sucedido una vez, pero nadie de
los que estamos allí lo hemos vivido como algo que pueda convertirse en algo
habitual ni distinto a otros países de su entorno.
--¿Cree que Marruecos está
detrás de ese interés?
--Quien lleva años intentando ligar al Frente Polisario
con el terrorismo integrista es Marruecos. Y no lo ha conseguido porque el
Frente Polisario siempre ha hecho unas declaraciones y acciones claramente
contrarias al terrorismo, y se ha enfrentado con él. De hecho, la organización
que secuestró a los tres cooperantes en octubre, expresamente está enfrentada
con el Frente Polisario. Es decir, tiene un interés especial en hacerle daño,
cosa que a muchos nos parece sospechoso y que puede llevar a pensar que el
último beneficiado de todo esto es Marruecos.
--¿Se debería tener más en
cuenta el punto de vista de las autoridades saharauis respecto a este tema?
--Por supuesto. Las autoridades saharauis y argelinas
son quienes tienen la capacidad de tomar estas medidas para proteger a los
cooperantes y mantener la estabilidad y el orden. Si se quiere hacer un plan de
seguridad en los campamentos saharauis, el Frente Polisario tiene que ser el
principal actor.
--¿La decisión de repatriar
a los cooperantes puede afectar a las relaciones futuras entre el Gobierno
central y el Frente Polisario?
--El problema es que, actualmente, ya son muy escasas
las relaciones existentes. El Frente Polisario ha pedido explicaciones al
Gobierno central sobre la repatriación... No me atrevo a decir que las
relaciones sean malas pero, desde luego, no es el mejor momento.
--Durante esta última
semana, ¿ha hablado con alguien de los campamentos sobre cómo se está viviendo
allí esta situación?
--Tengo una hija adoptiva en el Sáhara y sí he hablado
con ella. Para ellos todo esto es muy extraño, porque no han notado que cambie
nada a su alrededor. Estos días también he estado chateando con Pepe Oropesa,
el fotógrafo que no quiso venir con los cooperantes, y él insiste
constantemente en que la situación es normal y que sigue durmiendo en su jaima
con la familia, sin ningún tipo de problema.
--La repatriación de los
cooperantes, ¿ha molestado al pueblo saharaui?
Espero que con este viaje, el
primero tras la decisión adoptada por Exteriores, el pueblo saharaui, si ha
sufrido alguna decepción por la marcha, recupere la total confianza en que no
le vamos a abandonar y no vamos a dejar de apoyarles. Nuestro objetivo es
contrarrestar el efecto negativo que, a nuestro entender, tuvo la decisión del
Gobierno.
--Desde el secuestro de
tres cooperantes el pasado octubre, ha viajado cinco veces a Tinduf. ¿Notó algo
distinto durante sus estancias?
--En los últimos seis meses he estado seis veces en
Tinduf, una antes del secuestro y cinco, después. Pero con las medidas de
seguridad establecidas no he tenido ninguna sensación de peligro.
--¿Cuáles eran esas
medidas?
--El campamento solo tiene una entrada y, cada vez que
sales, tienes que pasar un control al que tienes que llevar un papel en el que
se te autoriza la salida. Eso para los extranjeros. Los saharauis también
tienen que pasar ese control, pero con enseñar su carnet les vale. Además, en
la jaima hay que estar cuando se pone el sol y no puedes moverte durante la
noche. También hay patrullas del ejército que, periódicamente, vienen a donde
estamos los europeos para ver cómo nos encontramos. Ahora, se han extremado y
parece que incluso van a hacer que esa salida y entrada a los campamentos se
pueda realizar solo por un único sitio.
--¿Cree necesario extremar
las precauciones?
--En todos estos países, tras el final de Gadafi en
Libia, la cantidad de armamento que ha circulado por la zona, la crisis de Mali
y la situación de Sahel, parece que puede haber cierto peligro. Las medidas de
seguridad son necesarias, ya que la vida allí tiene sus riesgos. Y las
autoridades saharauis y argelinas son quienes pueden poner las precauciones
para que esos riesgos no se lleven a cabo.