lunes, 18 de febrero de 2013

Marruecos castiga a la resistencia saharaui con 22 duras condenas

Organizaciones prosaharauis de todo el mundo criticaron la sentencia emitida en la madrugada del ayer por el tribunal militar de Rabat. El fallo incluye durísimas condenas a 22 de los 24 imputados y se basa en acusaciones que no se formularon en el primer momento.
El tribunal militar de Rabat ha cerrado el círculo abierto por Marruecos con el desalojo violento del campamento de Gdeim Izik, que en 2010 se convirtió en el mayor exponente de la resistencia saharaui en muchos años, llegando a concentrar a las afueras de El Aaiún a unas 40.000 personas en su momento más importante. Semanas después, cuando se calcula que quedaban allí unas 8.000, el Ejército entró a sangre y fuego tras imponer un bloqueo informativo total en la zona. La resistencia saharaui habló de decenas de muertes tanto en el campamento como en la ciudad. Fue posteriormente cuando Marruecos comenzó a hablar de que agentes suyos también habían muerto violentamente. Luego cuantificó su número en once y ha juzgado por ello a estos 24 saharauis detenidos.
Tras un juicio basado exclusivamente en autoinculpaciones efectuadas bajo tortura según la defensa, en la madrugada de ayer se emitía una sentencia que agrava el conflicto al superar las previsiones. Se condena a graves penas, más de 20 años de cárcel y ocho cadenas perpetuas incluidas, a 22 de los 24 activistas saharauis, que negaron las acusaciones y aseguraron que solo fueron detenidos por su cercanía o pertenencia al Frente Polisario.
A los condenados, el tribunal militar de Rabat les achaca «formación de banda criminal» y «violencia contra las fuerzas públicas con resultado de muerte». Se habla incluso de mutilaciones en los cadáveres.
En su alegato final del viernes, la defensa pidió la absolución de todos ellos por considerar que no existían pruebas. Estimó que las declaraciones verbales supuestamente obtenidas por la Policía Judicial en las que los acusados se autoinculpan eran nulas y que, de hecho, contenían contradicciones.
La Fiscalía, en cambio, insistió en la validez y legalidad de los documentos policiales. Aludió a la existencia de un plan detallado para cometer crímenes que incluiría las herramientas necesarias, los fondos y el lugar en el que se perpetrarían.
La batalla de fondo por saber qué ocurrió en Gdeim Izik estaba tergiversada de raíz por el bloqueo informativo que entonces impuso Marruecos, y que a día de hoy mantiene abiertas todas las incógnitas.
En este sentido, buscando al parecer un golpe de efecto, el fiscal proyectó el viernes ante la sala las imágenes emitidas por una televisión española de niños palestinos muertos en Gaza que se atribuían a Gdeim Izik como prueba la intención de inducir al error.
Por su parte, los abogados de los acusados señalaron que las fotografías en las que aparecían acompañados de miembros del Frente Polisario presentadas por la Fiscalía eran «la verdadera razón de su persecución» y la prueba irrefutable que se ha tratado de un juicio exclusivamente político.