Los querellantes llevan al magistrado de la
Audiencia Nacional al CGPJ por dilatar el proceso desde el 2010 y desoír a la
Sala Penal
La muerte del ciudadano español Baby Hamdam
Buyena en El Aaiún, Sahara Occidental, no tiene quien la investigue. Desde que
la acusación presentara una querella en la Audiencia Nacional para investigar
los hechos, ocurridos en noviembre del 2010 durante la intervención de la
Policía y el Ejército marroquí en el campo de refugiados de Gdim Izik por una
oleada de protestas de los saharauis, el titular del juzgado de instrucción
número dos encargado de investigar los hechos ha guardado la denuncia en un
cajón, casi en sentido literal, hasta la fecha.
El juez es Ismael Moreno, del Juzgado
Central de Instrucción número dos, y en estos casi cuatro años apenas ha
mandado una comisión rogatoria a Marruecos para conocer si se estaba
investigando el caso allí antes de admitir o no la querella, ya que se trata de
la muerte de un ciudadano español en el extranjero y la Audiencia Nacional es
competente para tramitar el caso. La única salvedad es que el país donde
ocurrieron los hechos lo indague primero.
Como es habitual en un caso con saharauis
de por medio, Rabat tardó meses en contestar y, como era previsible, la
respuesta de las autoridades judiciales marroquíes fue dubitativa y dejaba la
puerta abierta a que Moreno investigara si la Policía de aquel país atropelló
de forma premeditada a Baby Hamdam Buyena, de 35 años y padre de dos hijos
menores residentes en Valencia. Pero el juez no hizo nada. Y dejó pasar el
tiempo pese a la insistencia de la acusación popular del caso, la Liga Española
Pro-Derechos Humanos, para que se admitiera la querella contra los supuestos
autores de los disturbios y responsables políticos del territorio ocupado que
terminaron en un baño de sangre.
Lo hicieron primero con múltiples recursos
al juzgado de instrucción y luego en apelaciones a la Sala de lo Penal. Pero
nada. Era Moreno quien decidía y el juez mantuvo el caso en el cajón in motivo
aparente. Los recurrentes incluso llegaron al Tribunal Constitucional. Tampoco
fueron atendidos.
Sin embargo, cuál fue la sorpresa de la
acusación cuando el Gobierno limitó el alcance de la jurisdicción universal y
estalló un amplio debate jurídico en la Audiencia Nacional sobre el destino de
los procesos abiertos bajo este precepto legal.
Curiosamente, el caso de Baby Hamdam pasó
el corte de la reforma y la querella se encontraba admitida en la Audiencia
Nacional para sorpresa de la familia del fallecido. Incluso, el pleno de la
Sala de lo Penal hizo una referencia expresa a la competencia de la Justicia
española en los territorios saharauis como antigua potencia administradora, tal
y como establece la doctrina de Naciones Unidas.
Esto ocurrió en julio pasado, pero el juez
Moreno sigue sin mover un papel ni ordenar diligencia alguna. Incluso los
abogados de la acusación no han podido acceder en este tiempo al caso, según
denuncian en un escrito presentado el pasado martes en el Consejo General del
Poder Judicial.
En la queja, a la que ha tenido acceso este
periódico, acusan al magistrado de la Audiencia Nacional de grave negligencia
por desatención y retraso injustificado en estos cuatro años y enumeran las
faltas graves en la que podría haber incurrido. «Queremos conocer la oscura
razón por la que este juez no ha querido investigar este crimen», señala el
presidente de la Liga Pro-Derechos Humanos, Francisco José Alonso.
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