Fuente: Equipo Mediático / Por un Sahara
Libre, 24 de enero de 2015
España acaba de rechazar el asilo a Hassana
Aalia. Hassana es un periodista saharaui. Su país, el Sahara Occidental, es una
antigua colonia española, invadida en 1975 sobre todo por Marruecos cuando
España salió del territorio, firmando con los dos nuevos colonizadores
(Marruecos y Mauritania –que se retiró en 1979) unos acuerdos tripartitos
ilegales.
Hassana Aalia es periodista de Équipe Média
y activista saharaui por la independencia del Sahara Occidental. Nació en 1989
en El Aaiún ocupada. Se comprometió con la resistencia saharaui desde la
Intifada del 21 de mayo de 2005. Ha sido detenido y torturado –sin comparecer
ante el juez- en siete ocasiones tras haber participado en manifestaciones
pacíficas, la primera vez en 2007 con Mohamed Hali, otro activista que también
se ha convertido en corresponsal.
Hassana Aalia es cofundador de Équipe
Média, agencia de prensa saharaui creada en 2009 en los territorios ocupados
del Sahara Occidental. Al comprobarse la aparición del campamento de Gdeim Izik
y que el número de tiendas que se montaban iba en aumento, Équipe Média encargó
a Hassana que siguiera los acontecimientos que dieron lugar a la gran
manifestación popular que, durante todo el mes de octubre de 2010, aglutinó a
20.000 saharauis en el desierto, cerca de El Aaiún ocupado. Hassana filmó la
organización de los saharauis en el campamento, sus reacciones y protestas
contra la ocupación marroquí, los movimientos de la policía y los militares
marroquíes que rodeaban el campamento, la violencia y las maniobras
discriminatorias.
Tras el desmantelamiento del campamento por
las autoridades de ocupación, estas procedieron a una gran campaña de
detenciones. Más de 300 saharauis fueron detenidos. Hassana fue detenido dos
veces en enero 2011. En ambas ocasiones fue puesto en libertad tras dos días de
detención, por no poder reunir cargos contra él, a falta de pruebas.
Participó después en el 11 Foro Social
Mundial que tuvo lugar del 6 al 11 de febrero de 2011, en Dakar. Y, más tarde,
en septiembre, salió de los territorios ocupados con un visado para seguir un
curso de perfeccionamiento de la lengua española en el País Vasco, y para
participar en coloquios sobre el conflicto del Sahara Occidental.
Fue en esos momentos cuando tuvo
conocimiento de que una orden de detención se había emitido contra él por
“atentar contra la seguridad interior y exterior del Estado, formación de banda
criminal y ataque a los funcionarios públicos en el marco del ejercicio de sus
funciones”.
En octubre de 2012, tras haber reunido los
documentos necesarios, Hassana solicitó el asilo ante las autoridades españolas
en el País Vasco. Está convencido de que volver a su país ocupado para
reencontrarse con su familia entraña un riesgo demasiado grande para su vida y
su libertad. Teme que le torturen como ocurrió con los demás del grupo con los
que ha sido juzgado, y tantos colegas activistas o periodistas, algunos
desaparecidos.
Paralelamente, mientras que esperaba la
respuesta a su solicitud de asilo, Hassana ha continuado, desde España, militando
y colaborando como periodista con Équipe Média.
En Marruecos, el 17 de febrero de 2013, el
Tribunal Militar le condenó a cadena perpetua sin ninguna prueba que sustentase
las acusaciones que se le imputaban. Según Hassana, ha sido condenado como los
otros presos del grupo llamado de Gdeim Izik, por sus convicciones políticas,
por “ser periodista y activista al servicio de la independencia de su país”.
El viernes 16 de enero de 2015, Hassana
recibió una convocatoria de la policía nacional española requiriéndole que se
presentase el lunes siguiente, 19 de enero, en la comisaría de San Sebastián.
Ahí se le notificó el rechazo a su solicitud de asilo. Su tarjeta de residencia
le ha sido confiscada, y las autoridades le han dado un plazo de 15 días para
abandonar el territorio español.
Hassana y su abogado ven que el rechazo al
asilo por parte de España radica en la calificación de equitativo por parte de
España al proceso de los saharauis civiles juzgados y condenados por el
Tribunal Militar marroquí tras la manifestación de Gdeim Izik. Esta
calificación se opone a los informes de numerosos observadores internacionales,
y se produce sin ninguna prueba producida por la acusación.
La asistencia jurídica que rodea a Hassana
va a iniciar todas las gestiones posibles para anular el plazo de expulsión de
15 días y poder trabajar en el recurso contra la decisión del ministro del
interior ante el Tribunal nacional de solicitud de asilo en los plazos que
marca la ley.
Mientras el pueblo español se declara
solidario y amigo de los saharauis, apoyándoles intensamente en los campos de
refugiados o en otras partes, esta decisión de su gobierno resulta
especialmente paradójica.
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