sábado, 23 de mayo de 2015

El sucesor de Ruz apuntala la investigación del genocidio en el Sáhara con una nueva imputación: uno de los torturadores de Smara, Lehsan Chaf Yeudan

La identificación de ocho saharauis desaparecidos por la represión marroquí fue clave en el auto del juez Ruz. / Foto: Sociedad de Ciencias Aranzadi-
EFE – Madrid. 22/05/2015 (El Diario.es)
El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha procesado a Lehsan Chaf Yeudan, carcelero del cuartel de Smara, en el Sahara Occidental, por haber torturado en 1977 a un preso saharaui al que ataron, golpearon y aplicaron descargas eléctricas durante su reclusión.
En un auto, el juez De la Mata, que ha sustituido a Pablo Ruz en la instrucción de esta causa, procesa al funcionario por un delito de genocidio cometido mediante tortura, y lo hace a petición de una acusación, que recurrió la decisión de Ruz de no procesarle por estar prescrito el delito.
Sin embargo, De la Mata considera, al igual que la Fiscalía, que el delito no ha prescrito, porque las torturas que supuestamente realizó a Brahim Mohamed Salem Omar en el cuartel no fueron "una acción aislada y desconectada de todo el plan genocida" contra los saharauis, sino que se desarrolló "dentro del plan de destrucción física de los saharauis, acometido por militares y policías en el cuartel".
El procesado era, abunda el juez, "plenamente consciente" de que sus acciones se enmarcaban en este plan genocida y por ello las torturas formaron "parte inseparable del delito de genocidio que se cometió desde 1975 a 1991" para acabar con los saharauis.
Por tanto, cree que el delito que se imputa a Yeudan no está prescrito al no haber pasado más de 20 años desde 1991 hasta 2006, cuando se interpuso la querella por el genocidio en el Sahara.
"Concurren elementos indiciarios suficientes para poder afirmar que Lehsan Chaf Yeudan conoció y, lo que es más relevante y diferencial, participó directa y personalmente, con hechos constitutivos de torturas, del plan global diseñado e implementado sistemáticamente por los autores para destruir a los saharauis", afirma el juez.
El hombre supuestamente torturado por Yeudan estuvo preso en el cuartel de Smara dos meses y 13 días, tiempo en que compartió cautiverio con otros 72 saharauis y presenció cómo quemaron vivo a un preso y cómo una mujer dio a luz en la cárcel, tras lo que al recién nacido le cortaron los dedos y se los pusieron luego en su comida.
Ruz ya procesó el pasado abril a once altos cargos, militares y policías marroquíes por delitos de genocidio en el Sahara entre 1975 y 1992, en concurso con delitos de detención ilegal, torturas, asesinato y desaparición forzada.
El juez apoyó su procesamiento en las declaraciones prestadas por 19 víctimas directas que permiten "corroborar la indiciaria veracidad" de los delitos denunciados, apoyadas en muchas ocasiones por "documentos de identidad de la época o fotografías de las lesiones sufridas como consecuencia de las torturas".
Hace algo más de un año, a raíz de la reforma de la ley de justicia universal, Ruz, con el apoyo de la Fiscalía, rechazó archivar esta causa porque cuando ocurrieron los hechos denunciados en los años 70 y 80 el Sahara Occidental era territorio español.
Para siete de los once procesados, el juez acordó la busca y captura e ingreso en prisión a efectos de extradición "al no constar el paradero de los mismos".
Dejó fuera a otros ocho querellados ante la falta de pruebas, sin perjuicio de que posteriormente se pudiera ampliar también a ello el procesamiento "si aparecieran nuevas pruebas".
Imputa un delito de genocidio a un oficial porque aunque no diera órdenes participó presuntamente en las torturas descritas por las víctimas
El juez de la Mata considera la actuación marroquí en el Sáhara como "un proceso de destrucción biológica del grupo étnico saharaui"
EL DIARIO.ES Pedro Águeda  22/05/2015 
La decisión de Pablo Ruz de imputar a once oficiales y altos cargos de Marruecos por el genocidio cometido en el Sáhara se ha visto apuntalada por la decisión de su sustituto, José de la Mata, de ampliar a un militar más la nómina de acusados. En un auto hecho público este viernes, De la Mata acepta el recurso presentado por la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis en contra de la negativa de Ruz de imputar a Lehsan Chaf Yeudan, un oficial que participó presuntamente en las torturas al joven Brahim Mohamed Salem Omar.
El juez De la Mata considera que, por mucho que Lehsan Chaf Yeudan fuera un mero oficial del Ejército marroquí, su participación en los malos tratos "no fue una acción aislada y desconectada de todo el plan genocida, llevada a cabo por una persona independiente, en solitario y por su cuenta y riesgo". En el caso de no haber participado en el genocidio, los malos tratos presuntamente infringidos por el imputado habrían prescrito. Sin embargo, el juez considera que su participación "se desarrolló temporal, objetiva, subjetiva y geográficamente dentro del plan de destrucción física de los saharauis acometido por militares y policías marroquíes, y en el cuartel de Smara, uno de los centros de represión cometida durante esos años".
Brahim Mohamed Salem Omar tenía 22 años cuando fue detenido y conducido al cuartel de Smara. En el primer auto de imputación, Ruz recuperaba su testimonio, en el que identificaba a tres de sus presuntos maltratadores: el coronel Lamarti, el teniente de la Gendarmería Real Muley Ahmed Albourkadi y el funcionario Lehsan Chaf Yeudan. "El coronel ordenó que le ataran las extremidades del cuerpo con cuerdas y se las separaran, aplicándole este sistema de tortura. También le aplicaron descargas eléctricas en mejillas y lengua y fue sometido a golpes con cuerdas en una celda", recogía la resolución de Ruz.
"Existen elementos que permiten considerar todos los hechos cometidos contra los saharauis durante 1975 a 1991 como una unidad, de la que formó parte inseparable, subjetiva, objetiva, teporal, y geográficamente, el hecho concreto imputado a Lehsan Chaf Yeudan", concluye el juez De la Mata. Eso no significa, añade el juez, que deban imputársele todos los hechos cometidos dentro de ese genocidio, "sino únicamente aquellos en los que tuvo participación personal relevante, lo que sí ocurrió en los hechos que sucedieron en el cuartel-prisión de Smara en enero de 1977".
De la Mata considera los hechos investigados "un proceso de destrucción biológica del grupo étnico saharaui acometido por militares y policías marroquíes, con conocimiento previo y concreto de su existencia, así como de estar contribuyendo con su conducta a la ejecución de dicho plan".

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