lunes, 2 de mayo de 2016

Marruecos solo ha ganado tiempo con la última resolución de ONU sobre el Sáhara Occidental


*Fuente. Agencia Terra.es EFE. 2 de mayo de 2016
La última resolución del viernes del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el Sáhara Occidental ha permitido a Marruecos ganar tiempo, pero no consigue avanzar en ninguno de sus grandes objetivos, según estiman los observadores en Rabat.
Una vez digerida y analizada la resolución durante el fin de semana, y pasadas las primeras declaraciones triunfalistas, se impone el realismo: "Marruecos salva los muebles", titula hoy el diario "L'Economiste", mientras que "Aujourd'hui le Maroc" señala en su editorial que el país "ha limitado las pérdidas pero debe continuar el combate".
La resolución prorrogó por un año la misión de la ONU en el Sáhara (Minurso), y subrayó la "necesidad urgente de que vuelva a su completa funcionalidad", en referencia (pero sin citarla) a la expulsión por parte de Marruecos de casi todos sus funcionarios civiles.
Sobre el plazo de tres meses dado para que la Minurso vuelva a su "plena funcionalidad", pocos dudan en Rabat de que el Gobierno marroquí tendrá que hacer algún gesto al respecto para evitar el enfrentamiento abierto, y de hecho el embajador marroquí ante la ONU, Omar Hilale, se mostró evasivo en sus primeras declaraciones sobre el retorno de esos civiles.
La resolución no recoge ninguno de los principios fundamentales que Marruecos viene utilizando desde hace años: el abandono o al menos la relegación de la opción del referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española ni la mención expresa a la propuesta marroquí de autonomía para el territorio.
Tampoco menciona el papel de Argelia como actor fundamental en el proceso, más allá de una genérica llamada a "la cooperación plena de los Estados vecinos", y por el contrario sigue contando como parte en el conflicto al Frente Polisario, que en los últimos años ha sido "ninguneado" sistemáticamente por la diplomacia marroquí.
No recoge tampoco la petición marroquí de un censo de refugiados en el campamento de Tinduf, pues Rabat considera que las cifras están "hinchadas" y no son ciertas.
Y aunque el Consejo evite apoyar al secretario general en su conflicto abierto con Marruecos -que lo considera parcial-, sí que expresa su "apoyo total" a su representante especial para el Sáhara, Christopher Ross, el diplomático estadounidense al que Rabat ha demostrado su desprecio por activa y por pasiva.
Es cierto que, en el corto plazo, Marruecos ha conseguido dos cosas: primero, que desaparezca el foco sobre la situación de los derechos humanos en el territorio, que fue el caballo de batalla en los pasados años, y sustituirlo por la polémica sobre el regreso de la Minurso.
Y segundo, ha logrado que su arriesgada decisión de expulsar unilateralmente a 77 miembros de la Minurso no haya sido castigada, ni siquiera condenada o criticada por el Consejo, pese a sentar un peligroso precedente para otras misiones de paz.
En resumidas cuentas, las cosas siguen como estaban hace ahora una semana y habrá que esperar tres meses para saber si Marruecos vuelve atrás sobre su decisión y permite la vuelta de todos o parte de los civiles de la Minurso, y a qué precio lo hará.
Pero el voto del viernes ha dejado además un amargo sabor en lo referente a los apoyos diplomáticos de Marruecos: de los grandes países, tanto Estados Unidos como Rusia han decepcionado, cada uno a su modo, a Rabat.
En el caso de Rusia, absteniéndose en la votación, cuando Marruecos daba por hecho su apoyo tras la visita de Mohamed VI a Rusia el pasado marzo, la realidad es no solo que Moscú se abstuvo, sino que en las discusiones se mostró opuesta a alabar los "esfuerzos" marroquíes, según se filtró de esas discusiones.
Con respecto a EEUU, su borrador de resolución, que sirvió como base a las discusiones, sentó como un jarro de agua fría en Rabat, y el Ministerio marroquí de Exteriores no ahorró sus críticas a Washington por haber "introducido elementos de presión, de limitaciones y de debilitamiento, y haber actuado contra el espíritu de asociación que lo liga a Marruecos".
Aquel borrador fue considerablemente suavizado para evitar toda crítica frontal a Marruecos, y finalmente Estados Unidos votó en favor de la resolución, pero quedó claro que la actual Administración estadounidense no comparte la visión marroquí sobre la cuestión del Sáhara.
Nunca hubo sintonía entre Marruecos y el secretario de Estado de EEUU, John Kerry; Rabat tiene más esperanzas puestas en la posible victoria en las elecciones presidenciales de Hillary Clinton, a quien consideran más proclive a su causa.

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